Problemas. Eso es el día a día de muchas empresas. Conocemos gerentes que están más tiempo apagando fuegos que levantando la vista para ver cómo pueden diferenciarse o aportar valor en un mercado competitivo lleno de incertidumbres. Claro está que incluso las empresas más organizadas, y con una metodología Kaizen o de mejora continua, se enfrentan a dificultades. Pero la diferencia está en la actitud que se tiene frente a las complicaciones.
Mientras que las personas con una actitud positiva y “facilitadora” ven oportunidades ante un problema, las personas con actitudes más pesimistas y “dificultadoras” se envuelven en lamentaciones y escusas que los mantienen paralizados.
Intentar aplicar siempre la misma solución nos lleva a “la solución intentada” y a alimentar la profecía autocumplida de que no se puede hacer nada. Cuántas veces hemos oído “aquí no se puede hacer nada”, “ya lo he probado todo”, “con esta gente no se puede trabajar”, “no le pago para que piense” o “aquí sólo funcionan las órdenes”.
El pensamiento kaizen es una gran herramienta que nos impulsa a mejorar día a día, a mirar hacía adelante con paso firme, e independientemente del tamaño de nuestra empresa y sector ¿o es que no tienes nada que puedas mejorar en tu empresa?
Si mejorar es tan importante yo me pregunto por qué muchas veces lo dejamos para después. Una de las claves del éxito consiste en sistematizar los procesos de mejora para que la empresa los interiorice y formen parte de su ADN.
La clave está en tu equipo
Los empleados son la clave de la mejora continua. A diferencia de lo que algunas personas piensan, nosotros creemos que gran parte de las soluciones a los problemas se pueden resolver desde dentro, aprovechando el inmenso talento que constituye los cimientos de la empresa. Nuestra organización está formada por PERSONAS, con ganas e ilusión de aportar. Sin embargo, muchas veces desde la propia organización se apaga ese apetito y el reto reside en encenderlo de nuevo.
Con la creación de equipos de mejora continua impactamos en el ego de cualquier persona y vemos que los trabajadores están ansiosos por aportar soluciones. Evidentemente no todas las personas están en el mismo estadio, ni tienen la misma facilidad para aportar ideas, pero te sorprendería ver las contribuciones que tu equipo puede hacer. Asimismo, que el capital humano de la empresa contribuya en la búsqueda de soluciones incrementar la implicación en la implantación de soluciones y mejora el ambiente laboral.
Actúa (¿a qué esperas?)
La mejora continua o Kaizen empieza con el deseo de hacer las cosas mejor. Se trata de implantar una filosofía, que mediante la creación de grupos de trabajo, te ayude a estar en continuo movimiento y a crecer día a día.
Esto requiere continuidad, implantar una metodología de funcionamiento, creer en el proceso y mucho trabajo de búsqueda de soluciones, implantación y seguimiento. No hay soluciones mágicas, pero aportar pequeñas soluciones de forma continuada transforma las organizaciones. En definitiva, LA CLAVE ESTÁ EN LA BÚSQUEDA DE LA EXCELENCIA ¿HABLAMOS?